- Editorial: Después de la pandemia
- QUIQUE.
- El confinamiento. RAFA MARCO
- Cuando la vida era vida. RAFA MARCO
- El Teatro de Calle post-covid: ¿Año en blanco?. SIXTO BARBERÁ
- Ellas (dossier temático).
- Rosángeles Valls - Ananda Dansa. MANUEL V. VILANOVA
- ¡Vale la pena ser callejeras!. VALE LA PENA SER CALLEJERAS
- La memoria llevada a la calle. SONIA ALEJO
- Teatro libertario en las masías de L'Alcalatén. ERNEST NABÀS
- Cofrades clandestinas. JORDI BERTRAN
- Gitanas que bailan al sol. BIENVE MOYA
- Testimonio de una actriz migrante. ANA KURICH
Editorial
Después de la pandemia
Durante todo el siglo XXI el arte ha sufrido un proceso involucionista espectacular. Primero con las políticas tendentes a separar las grandes empresas de las medianas y pequeñas (el IVA que se paga es brutalmente diferente según se aplique a la taquilla o a los artistas). Luego se potenció una ficticia lucha generacional. Por el camino se han reducido enormemente las ayudas. Se valora más lo barato que la calidad de los productos. Ello ha potenciado el empequeñecimiento de las empresas escénicas, creando un montón de autónomos, que se ahogan con sus responsabilidades fiscales y socio laborales. El Teatro de Calle casi ha desaparecido, sustituido por productos blancos sin ninguna reivindicación, ni reflexión, donde se prima el dominio de una técnica, la belleza estética o la simplicidad logística. La profesión se ha dividido luchando por unas “ayudas” de todas, todas, insuficientes. Los objetivos estelares de la sociedad de bienestar europea (Seguridad Social Pública, enseñanza pública, arte accesible, prestación social a los más necesitados…) se han debilitado enormemente. Todo este inmenso retroceso del principio humanista en política se ha aplicado mediante la reducción de ayudas, la reaparición de la censura (hay gente condenada por cantar), la potenciación de la competitividad, la creación de proyectos inviables y el suprimir los debates políticos sobre el arte y la cultura. Nuestro país no reconoce la valía de sus artistas. Se ha conseguido frenar las opiniones discordantes con la judicialización de la libertad de expresión. El miedo ha regresado. Se silencia el debate público (escándalos, lo denominan algunos), que el buen teatro, la buena canción o las buenas películas deben aportar. Y ahora, el coronavirus puede acabar con la economía de muchos artistas. Los autónomos pueden llegar a perder hasta sus casas y los intermitentes se han quedado fuera de los primeros planes de ayuda. Las revistas nos hemos quedado sin publicidad, lo que dificulta nuestra supervivencia. Endeudarse no es ninguna solución. La débil ayuda institucional a la cultura pública que caracterizaba los últimos años nos aboca a la desaparición. A pesar de ello, tras la pandemia los artistas tenemos una función fundamental: ayudar a regenerar ideológicamente nuestra sociedad, poner en solfa los errores cometidos, denunciar las nuevas divinidades sagradas, que nos empobrecen a todos a cambio de enriquecerse desmesuradamente, y presionar a los políticos y los medios para que defiendan la dignidad de las personas. Los cantos de sirenas de una sociedad menos solidaria, donde el éxito se limita a la capacidad de generar beneficios a costa de lo que sea, no se puede aguantar durante más tiempo. La solución a la crisis no puede ignorar la importancia del arte, tanto social (1.000.000 de profesionales) como ética. Se ha de dar una respuesta humanista, solidaria, decidida, valiente y democrática. Y más ahora que se acercan épocas muy negras para los artistas. Nuestra apuesta ha de ser la de dar una nueva oportunidad al arte mediante la valentía y la denuncia. Dar una nueva oportunidad a la libertad de expresión. Vencer al miedo. Exigir todos los cambios que sean necesarios para evitar soluciones a las crisis como la de 2008, donde toda la carga económica recayó sobre las familias y pequeñas empresas. El arte escénico debe retornar a la calle para reivindicar la dignidad humana. Debe de dejar de ser el hermano menor del teatro. El valor añadido que aporta la calle en la formación de la ciudadanía no debe ser menospreciado. Max Aub ya decía: “El arte por el arte es una imbecilidad. ¿O habéis oído hablar del arte por el no arte?” Y añadía: “Creo que la literatura tiene algo más que hacer que ser bonita: debe tener razón”.
El confinamiento
RAFA MARCO
Abogado laboralista de profesión, Rafa Marco se ha especializado como nadie en contar lo cotidiano, la vida que nos rodea cada día. Durante las primeras semanas del confinamiento, salió a las calles de Valencia para narrarnos, a través de la imagen, el día a día de una ciudad vacía.
Cuando la vida era vida
RAFA MARCO
Del silencio, al bullicio. El fotógrafo documentalista Rafa Marco ha sabido capturar como pocos el rostro de una ciudad como Valencia y se ha convertido, probablemente sin proponérselo, en uno de los mejores reporteros de la cotidianidad. Gracias a esta serie de fotografías recordamos cuan bulliciosa era la vida... cuando era vida.
El Teatro de Calle post-covid: ¿Año en blanco?
SIXTO BARBERÁ
La crisis sanitaria, social y económica generada por la pandemia de la Covid-19 ha dejado negros nubarrones en un sector ya de por sí acostumbrado a convivir con la precariedad. Sin calles, los artistas callejeros se han quedado sin escenarios en los que representar sus funciones. Mientras los profesionales de las artes escénicas y de la música estiman pérdidas de un 80% en la facturación anual y reclaman medidas específicas, las ferias y festivales trabajan en formatos alternativos y en contrataciones extraordinarias que permitan a las compañías españolas mantener un mínimo de actividad. La celebración de los festivales en su formato habitual deberá esperar, al menos, hasta 2021.
Ellas (dossier tematico)
Rosángeles Valls - Ananda Dansa. La entrevista
MANUEL V. VILANOVA
Ananda Dansa se despidió del público el pasado més de enero y febrero. Una de las compañías que introdujeron los conceptos de Danza Teatro en el Estado y que ha viajado con sus obras por medio mundo decía adiós a su público. Por eso Fiestacultura consideró necesario entrevistar a Rosángeles Valls, su fundadora, para que nos narrase el apasionante viaje por la danza contemporánea que ha realizado. Aquella larga entrevista ha sido la guía que ha conducido a Rosángeles a escribir este artículo.
¡Vale la pena ser callejeras!
VALE LA PENA SER CALLEJERAS
Somos un encuentro artístico y creativo de actrices con más de 10 años de experiencia en el Teatro de Calle, en el cual pretendemos agenciar espacios de reconocimiento mutuo. En Vale la pena ser Callejeras intercambiamos saberes, valiéndonos del espacio público bogotano como sala de ensayo, fuente creadora y práctica política. Proponemos otras miradas a la práctica del teatro callejero y a la forma de habitar y crear en colectivo, develando nuestros saberes y conocimientos diversos.
La memoria llevada a la calle.
SONIA ALEJO
La Ruta del Memorial es una pieza de teatro documento de calle e itinerante que se construye a partir del tema que vertebra cada año la programación del Memorial Democràtic de Vila-real. Esta última se viene desarrollando en la población desde 2014 y combina actividades artísticas, sobre todo artes escénicas, y divulgativas como charlas, conferencias, exposiciones, documentales, presentación de publicaciones, etc. en torno a la Memoria Histórica, el período establecido entre el inicio de la II República en 1931 y el final de la transición, a principios de los años ochenta, por la Ley de Memoria Histórica (Ley 52/2007 de 26 de Diciembre).
Teatro libertario en las masías de L’Alcalatén.
ERNEST NABÀS
En los pueblos de la comarca valenciana de l’Alcalatén durante los años de la República se interpretaban obras de teatro en las masías del los términos municipales de Xodos, Vistabella, Llucena o Benafigos. Aunque se realizaban en todos estos pueblos, me centraré en Xodos. Estas interpretaciones las denominaban ‘pasos’. En los años de República se libró la censura en las costumbres que impuso la dictadura de Primo de Ribera.
Cofrades clandestinas
JORDI BERTRAN
Uno de los tesoros patrimoniales de la Semana Santa medi- terránea es la procesión de la Sangre de Tarragona. Esta entidad, organizadora de esta estación penitencial, cumple este año los 475 años de su fundación, en un lejano 1545. Altos capirotes negros que sólo dejan ver unos inquietantes ojos tras él. Túnica negra con larga cola desplegada, cuya medida ganó longitud con el paso de los años. Cinturón negro. Escudo con las cinco llagas rojas colgado del cuello. Guantes negros. Zapatos negros o blancos pies descalzos que pisan la ciudad convertida en la Jerusalén de la orilla occidental del Mediterráneo.
Gitanas que bailan al sol
BIENVE MOYA
Entre las piezas del rico teatro popular de los territorios de cultura catalana, hay que contar con los llamados (‘Balls-parlats’) bailes-hablados. Para mi gusto, de entre ellos, sobresale uno conocido con varios apelativos: en el Penedès y el Camp de Tarragona a esta danza se la conoce como Baile de las Gitanas. Más al Sur, le llaman baile de la (‘Carxofa’) Alcachofa o de la ‘Mangrana’ (Granada). En definitiva, esta pieza escénica viene a ser un baile de trenzar cintas, danza /escenificada conocida en todo el mundo mediterráneo..
Testimonio de una actriz migrante
ANA KURICH
Nací y trabajé profesionalmente como actriz en Yugoslavia, país que se desmembró violentamente en los años noventa, causa por la cual me exilié a España junto a mi familia. Este hecho traumático, de repente, tiró por los aires todas las fichas del tablero de la partida que estaba jugando. El azar quiso que a tres mil kilómetros de distancia del lugar donde me crié, aquí, en la península Ibérica, tuviera que empezar la partida de nuevo, pero con otras reglas. Las fichas seguían siendo más o menos conocidas, pero el tablero era completamente nuevo y desconocido para mí.